Grecia

Un fantasma recorre Europa

En los salones de París y Berlín, en Londres, Madrid y Estocolmo, el ejemplo griego es el anuncio de un nuevo ciclo de combates en medio un período de crisis mundial. En los centros de poder se identifica a Grecia como “el eslabón más débil” de la cadena de la Unión Europea. Los jefes imperialistas recurren a ese término de Lenin, pues tienen una noción más clara del significado de la situación. El nuevo ciclo de luchas populares es, en efecto, como nunca antes en la historia, un proceso mundial. El propio imperialismo ha generado las condiciones que llevarán a su entierro. Pero esta perspectiva revolucionaria exige un pensamiento ofensivo, con sentido estratégico, que abra paso a lo nuevo.
La Estrella de la Segunda Independencia Nº10

Levantamiento popular en Grecia

Europa obser­va asom­bra­da la demos­tra­ción de volun­tad y fuer­za del pue­blo grie­go. Las prin­ci­pa­les ciu­da­des del país son tea­tro de pode­ro­sas movi­li­za­cio­nes. Prácticamente la tota­li­dad de los cole­gios están toma­dos por los estu­dian­tes. Diariamente las prin­ci­pa­les ciu­da­des del país son sacu­di­das por mani­fes­ta­cio­nes y mar­chas. Una huel­ga nacio­nal de 24 horas para­li­zó por com­ple­to el país. Comisarías y pique­tes poli­cia­les son el blan­co de la ira popu­lar. Jóvenes ocu­pan esta­cio­nes de radio y tele­vi­sión –y la pro­pia Acrópolis- en res­pues­ta a la mani­pu­la­ción y las men­ti­ras ofi­cia­les. Los tra­ba­ja­do­res inmi­gran­tes, obje­to coti­diano de la repre­sión de la poli­cía y gru­pos fas­cis­tas, se suman a las luchas. Se está for­man­do un movi­mien­to cada vez más gran­de, cada vez más radi­cal en sus demandas.

los orígenes de la lucha

Los moti­vos con­tin­gen­tes del movi­mien­to de lucha están en el ase­si­na­to en manos de la poli­cía de un esco­lar de 15 años, Alexis Grigoropoulos. El repu­dio al acto cri­mi­nal rápi­da­men­te se exten­dió por los barrios de Atenas y las prin­ci­pa­les ciu­da­des, has­ta con­ver­tir­se en una ola que cre­ce sin pausa.

Las fuer­zas polí­ti­cas del régi­men obser­van ató­ni­tas como, en suce­si­vas des­car­gas de ener­gía popu­lar, son empu­ja­das al bor­de del abis­mo. Indistintamente, la pren­sa habla de un una explo­sión de irra­cio­na­li­dad juve­nil, des­ata­da por ele­men­tos anar­quis­tas; de un legí­ti­mo movi­mien­to pací­fi­co que es des­vir­tua­do por vio­len­tis­tas calle­je­ros; y final­men­te, pon­de­ra la tesis de un “levan­ta­mien­to social” en con­tra del régimen.

Los orí­ge­nes del movi­mien­to tie­nen raí­ces más pro­fun­das. El pue­blo grie­go es por­ta­dor de orgu­llo­sas tra­di­cio­nes revo­lu­cio­na­rias. Sin ir más lejos ‑a la lucha por la inde­pen­den­cia del Imperio Otomano-: sólo en el siglo XX, Grecia ha sido el esce­na­rio de enor­mes com­ba­tes. De la resis­ten­cia en con­tra de la inva­sión nazi nació un pode­ro­so movi­mien­to revo­lu­cio­na­rio, cuya vic­to­ria sólo pudo ser dete­ni­da median­te una pro­lon­ga­da gue­rra civil y la más ver­gon­zo­sa traición.

marcha grecia
Soldados grie­gos par­ti­ci­pan de una mar­cha en home­na­je al levan­ta­mien­to en con­tra de la jun­ta mili­tar de 1973, Atenas, Noviembre 2008

En la déca­da de los seten­ta, una rebe­lión naci­da prin­ci­pal­men­te de los estu­dian­tes en el barrio ate­nien­se de Exarchia, el mis­mo don­de fue ase­si­na­do el joven Alexis y que hoy es el epi­cen­tro de la revuel­ta, abrió el camino al derro­ca­mien­to de la lla­ma­da Junta de los Coroneles, sos­te­ni­da por Estados Unidos.

una lucha del pueblo

El diciem­bre helé­ni­co es fru­to del cre­cien­te pro­ce­so de orga­ni­za­ción y lucha en los barrios, del for­ta­le­ci­mien­to de la ten­den­cia de opo­si­ción de los tra­ba­ja­do­res a la buro­cra­cia sin­di­cal. Es pro­duc­to del has­tío de la pobla­ción con la delin­cuen­cia y el nar­co­trá­fi­co, con la corrup­ción guber­na­men­tal alia­da a las mafias.

Las movi­li­za­cio­nes no son sim­ple­men­te pro­tes­tas estu­dian­ti­les. Los anar­quis­tas, nom­bra­dos como ins­ti­ga­do­res o pro­ta­go­nis­tas, son una expre­sión míni­ma de un movi­mien­to que cre­ce en ampli­tud y tamaño.

Estos hechos, y no las con­sa­bi­das fábu­las de una “juven­tud sin des­tino”, son los que cau­san páni­co entre los inte­gran­tes del régi­men polí­ti­co local. Desde la dere­cha, con el par­ti­do gober­nan­te Néa Dimokratía, has­ta la izquier­da, con el Partido Comunista, pasan­do por los social­de­mó­cra­tas del PASOK, todos temen.

una nueva época

Pero no sólo en Grecia cun­de mie­do entre los domi­na­do­res. En los salo­nes de París y Berlín, en Londres, Madrid y Estocolmo, el ejem­plo grie­go es el anun­cio de un nue­vo ciclo de com­ba­tes en medio un perío­do de cri­sis mun­dial. En los cen­tros de poder se iden­ti­fi­ca a Grecia como “el esla­bón más débil” de la cade­na de la Unión Europea. Los jefes impe­ria­lis­tas recu­rren a ese tér­mino de Lenin, pues tie­nen una noción más cla­ra del sig­ni­fi­ca­do de la situa­ción. El nue­vo ciclo de luchas popu­la­res es, en efec­to, como nun­ca antes en la his­to­ria, un pro­ce­so mun­dial. El pro­pio impe­ria­lis­mo ha gene­ra­do las con­di­cio­nes que lle­va­rán a su entie­rro. Pero esta pers­pec­ti­va revo­lu­cio­na­ria exi­ge un pen­sa­mien­to ofen­si­vo, con sen­ti­do estra­té­gi­co, que abra paso a lo nuevo.

luchas pioneras

Los expo­nen­tes más pre­cla­ros del siglo XX, com­pren­die­ron en los albo­res del ascen­so impe­ria­lis­ta un terri­ble dile­ma: “socia­lis­mo o bar­ba­rie”. En la épo­ca de deca­den­cia del sis­te­ma mun­dial de explo­ta­ción, su bar­ba­rie enfren­ta­rá una resis­ten­cia más dura, más cohe­sio­na­da, más cons­cien­te, más deci­di­da, en todo el planeta.

Que sien­tan mie­do, pues, los due­ños, los corrup­tos y ladrones.

Las bata­llas en las calles de Atenas, Salónica y Patras son luchas pio­ne­ras. Las rebe­lio­nes popu­la­res de nues­tra América, rena­cen, se repro­du­cen, en la peri­fe­ria euro­pea. Acción direc­ta del pue­blo, uni­dad, inde­pen­den­cia de cla­se, intran­si­gen­cia en los obje­ti­vos. El sig­ni­fi­ca­do de las jor­na­das grie­gas no tar­da­rá en reve­lar­se. Son los pri­me­ros sig­nos de un espí­ri­tu que excla­ma: “¡abran paso, soy todo nue­vo, todo futuro!”

La Estrella de la Segunda Independencia Nº10

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