Gobierno de los trabajadores: la salida a la crisis

La pandemia del coronavirus desnuda la crisis del sistema. La única salida es barrer con todos ellos. La única salida es que los trabajadores formen su gobierno y ejerzan todo el poder para resolver las demandas más urgentes.

La pan­de­mia del coro­na­vi­rus des­nu­da la cri­sis del sis­te­ma. Miles de com­pa­trio­tas han muer­to, soli­ta­rios, sepa­ra­dos de sus fami­lias. Millones de chi­le­nos están some­ti­dos a la ame­na­za del virus descontrolado.

El gobierno no quie­re pro­te­ger a la pobla­ción de la pes­te. Quiere favo­re­cer a los gran­des capi­ta­les. Es corrup­to, inmo­ral e incapaz.

La cesan­tía, la mise­ria y el ham­bre se expan­den sin freno. Y esto es sólo el comienzo.

La cri­sis es ter­mi­nal. El gobierno, los gran­des gru­pos eco­nó­mi­cos, los polí­ti­cos del régi­men, sus par­ti­dos y sus fun­cio­na­rios, la alta ofi­cia­li­dad de las fuer­zas arma­das y Carabineros, los jue­ces que ava­lan las injus­ti­cias y los crí­me­nes, ya no pue­den sos­te­ner su sistema.

La úni­ca sali­da es barrer con todos ellos. La úni­ca sali­da es que los tra­ba­ja­do­res for­men su gobierno y ejer­zan todo el poder para resol­ver las deman­das más urgen­tes: salud, ali­men­ta­ción, ser­vi­cios bási­cos, edu­ca­ción, tra­ba­jo, con­do­na­ción de las deu­das per­so­na­les, vivienda.

Salud. Salud uni­ver­sal, gra­tui­ta, huma­na. Creación de un sis­te­ma nacio­nal úni­co de salud

Supresión efec­ti­va y rápi­da del covid-19, movi­li­zan­do todos los recur­sos nacio­na­les para pro­te­ger a la población

Investigación, enjui­cia­mien­to y cas­ti­go a los res­pon­sa­bles del desas­tre sanitario

Un sis­te­ma úni­co nacio­nal, de exce­len­cia, para todos los chi­le­nos, en todo el terri­to­rio nacional

Fin al lucro en la salud

Un sis­te­ma humano, basa­do en la dig­ni­dad, el res­pe­to y el cuidado 

Con médi­cos y tra­ba­ja­do­res for­ma­dos en los valo­res de nues­tro pueblo.

Alimentación. Asegurar ali­men­ta­ción para cada fami­lia trabajadora

El pue­blo res­pon­de con sus medios, come­do­res popu­la­res, ollas comu­nes, coope­ra­ti­vas de abas­te­ci­mien­to, acti­vi­da­des soli­da­rias, a la emergencia

Las gran­des cade­nas del comer­cio se bene­fi­cian con la cri­sis; el Estado repar­te bonos y cajas de miseria

El gobierno de los tra­ba­ja­do­res pone el cen­tro en el ase­gu­ra­mien­to de la ali­men­ta­ción a toda fami­lia tra­ba­ja­do­ra. Nadie en Chile debe pasar ham­bre. Nadie en Chile debe temer­le al hambre.

Control de la pro­duc­ción y dis­tri­bu­ción de pro­duc­tos bási­cos, eli­mi­nan­do a los espe­cu­la­do­res y aprovechadores.

Servicios bási­cos. Agua, luz, gas, cale­fac­ción para el pueblo

Los mono­po­lios pri­va­dos, per­te­ne­cien­tes a gran­des gru­pos loca­les y extran­je­ros, han saquea­do los recur­sos nacio­na­les y a los usua­rios. Con la emer­gen­cia, siguen lucran­do. Sube la luz, sube el agua… las cuen­tas no cua­dran. No rea­li­zan las inver­sio­nes para ase­gu­rar el sumi­nis­tro y la cali­dad del servicio.

El gobierno de los tra­ba­ja­do­res nacio­na­li­za­rá todas las áreas estra­té­gi­cas de la eco­no­mía inclu­yen­do a los ser­vi­cios bási­cos: luz, agua, gas, cale­fac­ción, ser­vi­cios sani­ta­rios y ser­vi­cios de tele­co­mu­ni­ca­cio­nes. Se pon­drán al ser­vi­cio del pue­blo y del desa­rro­llo nacional.

Trabajo. Fin a los pri­vi­le­gia­dos. Todos debe­mos tra­ba­jar. Trabajo digno ase­gu­ra­do. Pensiones dig­nas para la vejez

La cri­sis gol­pea a toda la pobla­ción: des­em­pleo, baja de suel­dos, eli­mi­na­ción de los dere­chos de los trabajadores.

Los gran­des gru­pos eco­nó­mi­cos pre­ten­den, ade­más, un gran res­ca­te, paga­do por el Estado. Quieren con­ser­var sus ganan­cias a cos­ta de mayor explo­ta­ción de los tra­ba­ja­do­res. Están desesperados.

Los tra­ba­ja­do­res en todo el mun­do se rebe­lan en con­tra de este sis­te­ma. En Chile, y más aún des­de octu­bre, ya hemos ini­cia­do el camino para ter­mi­nar con él.

Un gobierno de los tra­ba­ja­do­res ter­mi­na­rá con la explo­ta­ción. Abrirá la cons­truc­ción de una socie­dad basa­da en el tra­ba­jo crea­dor de hom­bres y muje­res, y del desa­rro­llo social, mate­rial y espi­ri­tual de todos.

En ella no habrá cla­ses para­si­ta­rias. Nadie vivi­rá de explo­tar el tra­ba­jo ajeno. Nuestros padres y abue­los reci­bi­rán el reco­no­ci­mien­to que se mere­cen por su apor­te y sacri­fi­cio. Vivirán al cui­da­do de la nue­va socie­dad, con pen­sio­nes dig­nas para la vejez.

Educación. Educación gra­tui­ta, uni­ver­sal, igua­li­ta­ria. Una edu­ca­ción para el futuro

La pan­de­mia ha pro­vo­ca­do el des­mo­ro­na­mien­to del sis­te­ma edu­ca­ti­vo. Pero es sólo el gol­pe final de una lar­ga deca­den­cia del aban­dono, del lucro y de la repro­duc­ción de un pen­sa­mien­to caduco.

Hoy, la cri­sis de la edu­ca­ción es una deman­da de carác­ter urgen­te. Se tra­ta de nues­tros hijos. Del futu­ro. Es inima­gi­na­ble otra socie­dad sin otra educación.

Fundaremos una nue­va edu­ca­ción, de la con­cien­cia. De la res­pon­sa­bi­li­dad con nues­tro pue­blo, de libe­ra­ción de todas las posi­bi­li­da­des del indi­vi­duo y de la auto­no­mía moral de los hom­bres y muje­res que cons­trui­rán el futuro.

El gobierno de los tra­ba­ja­do­res cons­trui­rá un nue­vo sis­te­ma de edu­ca­ción, gra­tui­to, uni­ver­sal, igualitario. 

Condonación de las deu­das per­so­na­les de los trabajadores.

El endeu­da­mien­to es par­te de la explo­ta­ción. Los empre­sa­rios nos roban lo que pro­du­ci­mos. Luego nos lo pres­tan a intere­ses exce­si­vos. Nosotros debe­mos con­traer esa deu­da, obli­ga­dos por los bajos sueldos.

El capi­ta­lis­mo nos ha explo­ta­do, como pue­blo, y a cada tra­ba­ja­dor por separado.

El gobierno de los tra­ba­ja­do­res ter­mi­na­rá con la explo­ta­ción. Por lo tan­to, con todas sus for­mas. Las deu­das per­so­na­les con­traí­das en este sis­te­ma serán extinguidas.

Vivienda. Toda fami­lia tra­ba­ja­do­ra, una casa digna

La vivien­da, para el capi­ta­lis­mo, es una mer­can­cía más. Tal vez la más impor­tan­te de las últi­mas déca­das. Es un nego­cio millo­na­rio para unos pocos.

Para los tra­ba­ja­do­res, en cam­bio, la vivien­da es la con­di­ción de su vida fami­liar y social.

Los tra­ba­ja­do­res mere­ce­mos vivir dig­na­men­te, con espa­cios ade­cua­dos, áreas ver­des, escue­las, cen­tros de recrea­ción, cen­tros de salud, trans­por­te, etc.

El gobierno de los tra­ba­ja­do­res hará reali­dad el sue­ño de la casa dig­na para cada fami­lia de nues­tro pue­blo. Construiremos una nue­va pobla­ción, un nue­vo barrio, una nue­va ciu­dad. Una nue­va sociedad.