Por nuestros hijos

Pero, algo sí va a pasar este año. Y es que el pue­blo de Chile se lan­za­rá a una gran lucha. Este año, dare­mos ini­cio a nues­tro futu­ro como pueblo.

1º de Mayo: la hora de los trabajadores

Ellos ya no pue­den seguir como antes. Y es la hora que decla­re­mos que noso­tros no que­re­mos seguir como has­ta aho­ra. Para los tra­ba­ja­do­res, para esta con­di­ción uni­ver­sal, moral, huma­na, viva y crea­do­ra, lle­ga el momen­to de actuar.
La uni­dad debe plas­mar­se en un amplio movi­mien­to que abar­que a todo el pue­blo y que refle­je la ini­cia­ti­va his­tó­ri­ca que hoy le com­pe­te a la cla­se tra­ba­ja­do­ra. Y que plan­tee una opción de de los tra­ba­ja­do­res para con­du­cir el país.

Aysén en la lucha

Declaración del Partido de los Trabajadores Puerto Montt
Desde el archi­pié­la­go de las Guaitecas has­ta Aysén mar­can en las calles reite­ra­da­men­te un esce­na­rio de lucha popu­lar: pobla­do­res, estu­dian­tes, tra­ba­ja­do­res arre­me­ten con fuer­za ante años de olvi­do, caren­cias, alzas indis­cri­mi­na­das de los ele­men­tos bási­cos para sub­sis­tir, empren­den ante las con­se­cuen­cias adop­ta­das por ter­ce­ros que poco y nada cono­cen de las nece­si­da­des de los tra­ba­ja­do­res que actúan en base de man­te­ner sus rela­cio­nes de poder e intereses.

Por una nueva educación: la educación de la conciencia

La lucha por una nue­va edu­ca­ción está hoy en el cora­zón de las preo­cu­pa­cio­nes nacio­na­les. Es el resul­ta­do de la his­tó­ri­ca movi­li­za­ción de estu­dian­tes secundarios,

¡A sumar las demandas! ¡a unirnos! Es la hora del pueblo

Las actua­les luchas han abier­to un camino que ya no podrá des­an­dar­se. No es que fal­ten quie­nes quie­ran inten­tar des­viar, enga­ñar y fre­nar. Pero la ten­den­cia ya está mar­ca­da. En todas par­tes, se mul­ti­pli­ca la uni­fi­ca­ción de las luchas que antes se libra­ban de mane­ra sepa­ra­da, ais­la­da y local. Es la con­jun­ción de las deman­das por la edu­ca­ción, por la vivien­da, salud, tra­ba­jo, es el momen­to del recla­mo de la dig­ni­dad. Es la con­se­cuen­cia lógi­ca de la expe­rien­cia que esta­mos rea­li­zan­do los chi­le­nos. Esa poten­cia recién comien­za a des­ple­gar­se y, no obs­tan­te, demues­tra su fuer­za.
La úni­ca mane­ra de cons­truir la uni­dad es con tra­ba­jo. Organizando en la pobla­ción, crean­do sin­di­ca­tos, enfren­tán­do­se a los pode­ro­sos, for­man­do la con­cien­cia, edu­cán­do­nos, for­ta­le­cién­do­nos. Todos los días. Sin des­can­so. Son miles y miles que se han echa­do a andar. No será posi­ble mani­pu­lar o ins­tru­men­ta­li­zar ese impulso.

Unidad y fuerza trabajadores

Este Primero de Mayo no es como otros. Todos los años, recor­da­mos una tra­di­ción y un lega­do his­tó­ri­co. Pero hoy, apar­te de los des­fi­les, las mani­fes­ta­cio­nes y los dis­cur­sos, los tra­ba­ja­do­res en el mun­do ente­ro refle­xio­na­mos sobre el futu­ro. Tal como nues­tros padres y abue­los debie­ron, en algún momen­to de sus vidas, tomar una posi­ción, hoy los esta­mos enfren­ta­dos al mis­mo dile­ma.
Y nos pre­gun­ta­mos: ¿qué pasa­rá maña­na? ¿yo, qué debo hacer?