mayo 1, 2009

Goldman Sachs

La crisis del capital

El carác­ter de la cri­sis no es coyun­tu­ral, es his­tó­ri­co. Afecta del mis­mo modo a la eco­no­mía, como a la polí­ti­ca y a las socie­da­des en su con­jun­to. La cri­sis mar­ca, defi­ne, cla­ri­fi­ca, deja en evi­den­cia, una cri­sis del capi­ta­lis­mo. El aspec­to eco­nó­mi­co coyun­tu­ral de la situa­ción no revis­te de nin­gún mis­te­rio: al cos­to de infi­ni­da­des de exis­ten­cias, del sudor y de las vidas de millo­nes, el capi­tal reanu­da­rá su carre­ra por la ganan­cia, como la ha hecho des­de que se impu­so como el modo de pro­duc­ción domi­nan­te en el mun­do en el siglo xix.
Nuevamente, ¿esta cri­sis del capi­ta­lis­mo es eco­nó­mi­ca, o finan­cie­ra? No. Lo que impor­ta hoy es una reali­nea­ción a gran esca­la de las fuer­zas mun­dia­les. De lo que se tra­ta hoy es defen­der al sis­te­ma en su con­jun­to. El capi­ta­lis­mo no se derrum­ba solo, impul­sa­do por sus pro­pias ten­den­cias des­truc­ti­vas. Éstas crean las con­di­cio­nes para ser derri­ba­do por la posi­bi­li­dad obje­ti­va de la revolución.