Unidad y Fuerza trabajadores

Este pri­me­ro de mayo es espe­cial, coin­ci­de con la exa­cer­ba­ción mun­dial de la lucha de cla­ses. La lucha de cla­ses ocu­rre per­ma­nen­te­men­te, pero por lo común está res­trin­gi­da a los con­fi­nes nacio­na­les y deter­mi­na­da por los cau­ces socia­les y polí­ti­cos acos­tum­bra­dos. Lo excep­cio­nal está cuan­do estas fuer­zas tras­cien­den esos lími­tes, y el cho­que abier­to de intere­ses derrum­ba súbi­ta­men­te las bases sobre las que se eri­gían los regí­me­nes políticos.

Los tra­ba­ja­do­res del mun­do hemos deci­di­do tomar las rien­das de nues­tro destino.

¡Es la Hora!

Este pri­me­ro de mayo uná­mo­nos a las mani­fes­ta­cio­nes popu­la­res. Junto a los diri­gen­tes hones­to, sali­dos del pue­blo, orga­ni­cé­mo­nos en nues­tras orga­ni­za­cio­nes popu­la­res, pobla­cio­nes, estu­dian­ti­les, sindicales.

Debemos unir­nos.
Debemos organizarnos.
Debemos luchas.
Debemos vencer.

Por el sacri­fi­cio de nues­tros padres, por el futu­ro de nues­tros hijos.
NUNCA MÁS SOLOS.

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