La experiencia necesaria
El levantamiento popular del 18 de octubre de 2019 ya es parte de la historia. Muchos creen que significa que quedó atrás. Que puede ser
El levantamiento popular del 18 de octubre de 2019 ya es parte de la historia. Muchos creen que significa que quedó atrás. Que puede ser
En el Primero de Mayo, las mujeres y hombres que conforman la aplastante mayoría del país, la clase trabajadora, pasan revista a sus fuerzas, a sus organizaciones, a su
Las elecciones próximas representan el regreso a la vieja trampa del “mal menor”. Pero se trata ‑a pesar del supuesto enfrentamiento entre “fascismo” y “progresismo”- de un episodio fugaz en las luchas del pueblo. Los trabajadores hoy tienen la iniciativa y tienen que prepararse para luchas decisivas.
El miércoles 15 de octubre fue un día de primavera, una jornada laboral más para millones de trabajadores. Pero muchos no podían dejar de advertir
El asesinato de un joven en el Panguipulli estremeció a todo el país. Tras la ejecución los carabineros escaparon como delincuentes. No es la forma en que actúa quien dice sólo defenderse. Es la forma en que actúan los asesinos que tienen temor. Es el miedo al pueblo. Demuestra la principal consecuencia del levantamiento popular iniciado el 18 de octubre: el surgimiento de un auténtico poder el pueblo.
El verdadero dilema está planteado desde la expansión del virus: ¿debe primar la vida o las ganancias del capital? La solución al problema no se encontrará en una vacuna. La solución está en quién tiene el poder. Quién decide, y en función de qué intereses y objetivos. Esta peste moderna, si algo bueno ha tenido, es que ha nos ha acercado en toda su profundidad a esta interrogante.
El régimen le teme al poder del pueblo. Por eso ofrece concesiones y promesas. Pero esta contraposición de poderes no se puede mantener en el tiempo. Con cada victoria, los trabajadores se preparan para una definición: ¡vamos por todo!
Esta plaga no podrá extenderse. El pueblo se ha dotado, en años de lucha, de fuerzas insuperables. Las ha manifestado en el levantamiento de octubre. Una de esas fuerzas es su asombrosa decisión de adoptar como su bandera la reivindicación de nuestros ancestros, nuestra comunión con lo mapuche.
Las ilusiones no ayudan. Aquí no hay premios. Ellos, nuestros enemigos, no dudarán en quebrar el país antes de abandonar la escena. Pero nosotros, los trabajadores y trabajadoras, no tenemos otra opción: o es todo o nada.
La pandemia del coronavirus desnuda la crisis del sistema. La única salida es barrer con todos ellos. La única salida es que los trabajadores formen su gobierno y ejerzan todo el poder para resolver las demandas más urgentes.
Este 29 de marzo, todos somos combatientes, y nuestra tarea es hacer la revolución, construir ese horizonte de dignidad por el que tantos dieron ya la vida.