La experiencia necesaria
El levantamiento popular del 18 de octubre de 2019 ya es parte de la historia. Muchos creen que significa que quedó atrás. Que puede ser
El levantamiento popular del 18 de octubre de 2019 ya es parte de la historia. Muchos creen que significa que quedó atrás. Que puede ser
En el Primero de Mayo, las mujeres y hombres que conforman la aplastante mayoría del país, la clase trabajadora, pasan revista a sus fuerzas, a sus organizaciones, a su
Las elecciones próximas representan el regreso a la vieja trampa del “mal menor”. Pero se trata ‑a pesar del supuesto enfrentamiento entre “fascismo” y “progresismo”- de un episodio fugaz en las luchas del pueblo. Los trabajadores hoy tienen la iniciativa y tienen que prepararse para luchas decisivas.
El miércoles 15 de octubre fue un día de primavera, una jornada laboral más para millones de trabajadores. Pero muchos no podían dejar de advertir
El asesinato de un joven en el Panguipulli estremeció a todo el país. Tras la ejecución los carabineros escaparon como delincuentes. No es la forma en que actúa quien dice sólo defenderse. Es la forma en que actúan los asesinos que tienen temor. Es el miedo al pueblo. Demuestra la principal consecuencia del levantamiento popular iniciado el 18 de octubre: el surgimiento de un auténtico poder el pueblo.
Declaración del Partido de los Trabajadores Puerto Montt
Desde el archipiélago de las Guaitecas hasta Aysén marcan en las calles reiteradamente un escenario de lucha popular: pobladores, estudiantes, trabajadores arremeten con fuerza ante años de olvido, carencias, alzas indiscriminadas de los elementos básicos para subsistir, emprenden ante las consecuencias adoptadas por terceros que poco y nada conocen de las necesidades de los trabajadores que actúan en base de mantener sus relaciones de poder e intereses.
Los siete trabajadores en Carahue pudieron ser nuestros hermanos, nuestros padres. Su muerte nos conmueve y nos recuerda cómo, en esta sociedad, la condición humana es reducida a un objeto, de mayor o menor utilidad. En el caso de estos hombres, servían para salvar las ganancias de la forestal Mininco, encerradas en troncos y ramas.
El paro nacional dio amplias muestras de conciencia. En primer lugar dejó establecida la preponderancia de la unidad como motor de la lucha, que queda representada, no en alianzas circunstanciales, sino en cómo el propio pueblo seleccionó sus demandas más urgentes y prioritarias, impuso sus métodos y sus formas, cómo acudió a su experiencia, cómo prueba sus fuerzas actuales, cómo proyecta su poder futuro. Lo hace en su territorio, en las poblaciones, donde se manifiesta la unión material de jóvenes y viejos, de trabajadores de todos los oficios y ocupaciones, de hombres y mujeres, de padres e hijos.
Instructivo En todo Chile: No mandar a los niños a la escuela Juntarse con los vecinos Reunirse en los lugares de trabajo No salir a comprar ni a hacer trámites
No estuvieron en esta ocasión para defender a los niños de Dichato, ya no de las olas del mar, sino de un nuevo tsunami, el de la desvergüenza. Fueron sus padres, sus hermanos, fue el pueblo el que se alzó para protegerlos y mantener viva la llama de la dignidad en medio de la noche. Si alguien se preguntara qué es la lucha de clases, pues aquí la tiene, frente a sus ojos, concretamente.
La prensa habla del shock que sufrió ‑súbitamente y sin motivos aparentes- un país caracterizado como símbolo de la tranquilidad y del bienestar. Pero hay una distorsión en este relato, una inconsistencia que encubre la gravedad de los hechos. Inicialmente se habló de atentados de terroristas islámicos. Después, presentan el casi centenar de muertes como la obra de un demente solitario. El trasfondo es distinto.
Hoy, sobre los cuerpos de las inocentes víctimas de Utøya, se yergue nuevamente la sangrienta faz del fascismo que proyecta su sombra sobre un continente marcado por la crisis del capital.