El pueblo lucha por construir su conducción
El 11 de septiembre pasado, una banda de sicarios y contrabandistas bajo las órdenes de las autoridades del departamento boliviano de Pando, abrió fuego en contra de una marcha de campesinos en un sector conocido como El Porvenir. Los asesinos siguieron disparando incluso a quienes se lanzaron al río Tahuamanu para escapar de la emboscada. Algunos sobrevivientes fueron apresados y llevados a Cobija, donde fueron torturados. El número exacto de muertos aún no ha sido determinado, pero oficialmente se han identificado 15 cuerpos, entre ellos el de una niña de sólo dos años.
Su sacrificio es una admonición severa, para quienes pudieran olvidarlo, sobre la verdadera faz de un enemigo que no trepida en nada. Pero también es una advertencia de cuáles son los límites de quienes se presentan como amigos del pueblo.