La hora de la lucha de clases
Para quienes siempre han detentado el poder, todo sigue igual. Quien dirige el país, es uno de ellos. El recuento de este año político es, entonces, simple, si consideramos nada más que a la clase dominante. Habrá quienes quieren dar relieve a finas distinciones o quienes quieren buscar la proverbial quinta extremidad de los felinos. Pero esos observadores no deben olvidar que el balance importante es otro. Se olvidan de quien hoy está comenzando a asumir su papel de protagonista principal.
En otras palabras, lo interesante de este último año, no son ellos. Somos nosotros.