Lucha en defensa de la vida
Miles y miles de chilenos expresan su repudio a Hidroaysén, en las calles de Coyhaique, de Puerto Montt, Temuco, Concepción, Valparaíso, Santiago o Iquique, tan lejos de los ríos y fiordos. Rechazan la irracionalidad del capital, se oponen a la destrucción física de nuestra patria, resisten a la incapacidad de los gobernantes y plantean un espíritu nuevo, orientado al futuro, a las generaciones venideras. Porque no se trata del ambientalismo cultivado por pequeños grupos. Cuando la defensa de la naturaleza se convierte en una causa nacional, hay algo más en juego que una crítica simplemente idealista a la destrucción de la condiciones de vida en la tierra. La inmensa mayoría de los chilenos no conoce la Patagonia, ni tiene expectativas reales de visitarla. No se trata sólo de defender un paisaje, sino un principio, el de la dignidad; de la dignidad de dirigir nuestro destino, la dignidad de los que nos seguirán cuando ya no estemos.