julio 10, 2011

¡A sumar las demandas! ¡a unirnos! Es la hora del pueblo

Las actua­les luchas han abier­to un camino que ya no podrá des­an­dar­se. No es que fal­ten quie­nes quie­ran inten­tar des­viar, enga­ñar y fre­nar. Pero la ten­den­cia ya está mar­ca­da. En todas par­tes, se mul­ti­pli­ca la uni­fi­ca­ción de las luchas que antes se libra­ban de mane­ra sepa­ra­da, ais­la­da y local. Es la con­jun­ción de las deman­das por la edu­ca­ción, por la vivien­da, salud, tra­ba­jo, es el momen­to del recla­mo de la dig­ni­dad. Es la con­se­cuen­cia lógi­ca de la expe­rien­cia que esta­mos rea­li­zan­do los chi­le­nos. Esa poten­cia recién comien­za a des­ple­gar­se y, no obs­tan­te, demues­tra su fuerza.
La úni­ca mane­ra de cons­truir la uni­dad es con tra­ba­jo. Organizando en la pobla­ción, crean­do sin­di­ca­tos, enfren­tán­do­se a los pode­ro­sos, for­man­do la con­cien­cia, edu­cán­do­nos, for­ta­le­cién­do­nos. Todos los días. Sin des­can­so. Son miles y miles que se han echa­do a andar. No será posi­ble mani­pu­lar o ins­tru­men­ta­li­zar ese impulso.