Un mundo nuevo que nace
Hoy arden las calles en Atenas y en las principales ciudades de Grecia. Las llamas son atizadas por un pueblo que ya ha dejado de lado las antiguas promesas y los nuevos engaños. El fin de la ilusiones lleva al hombre a enfrentar su realidad. Lo lleva a reconocer que solo no puede resolver sus problemas, sino que debe hacerlo como clase, como pueblo, como humanidad. Ahora estamos en la época de la “macropolítica”. Los pueblos se enfrentan, no a sus desdichas particulares, sino a la crisis de un sistema mundial. No hay otra alternativa. No habrá líderes benévolos, ni planes fantásticos, ni grandes o pequeñas reformas que mejoren nuestra situación. Ese mundo de las ilusiones vanas agoniza.
En el nuevo mundo que nace, sólo vale nuestro esfuerzo. Y una orientación clara y fundamental: el poder.