El pueblo avanza en la lucha
Lo hicieron nuevamente. Arrancaron de nuestro seno a dos hermanos, a dos hijos, a dos compañeros. Exequiel Borvarán y Diego Guzmán han muerto mientras luchaban por las demandas populares de la educación. ¿Quién se hace responsable? ¿Lo hace quién apretó el gatillo o lo hace quién sembró el odio, quién azuzó al asesino e indicó la dirección de los disparos? El sacrificio de estos dos hijos de trabajadores, de dos estudiantes comprometidos con su pueblo, marca con sangre a un régimen que reconoce hoy el fracaso de su intento de detener su caída con la ilusión del neorreformismo, o sea, de reformas que no son reformas siquiera modestas, sino artificios para prolongar la vida del régimen.