La Estrella de la Segunda Independencia Nº4
Baja este número de la “Estrella de la Segunda Independencia” en formato pdf.
Baja este número de la “Estrella de la Segunda Independencia” en formato pdf.
Baja este número de la “Estrella de la Segunda Independencia” en formato pdf.
Baja este número de la “Estrella de la Segunda Independencia” en formato pdf. Imprime y difúndelo.
Baja este número de la “Estrella de la Segunda Independencia” en formato pdf. Imprime y difúndelo.
Comunicado público Escuela Libre y Popular Víctor Jara, pobladores/as organizados/as Boca A la comunidad en general, respecto a la ayuda solidaria recibida por nuestros/as compañeros/as de la
Comunicado público de pobladores y pobladoras de Boca Sur, Concepción, Chile A la comunidad en general, frente al desprestigio de nuestra población desde los medios de
La falta de agua y de alimentos, la preocupación por la supervivencia de la familia, llevó a nuestra gente, en esas horas de angustia, a recrear lo conocido. Los líderes auténticos, honestos, salidos del pueblo, volvieron a tomar su lugar, las poblaciones se organizaron, comenzó el control territorial, las ollas comunes, los jóvenes se foguearon a la luz de las hogueras. Los carabineros y militares colaboraron, a pesar de todo, en ese empeño. No se convirtieron en los fusiladores que reclamaba la clase alta y algunos mandos. Estos hombres no pudieron evitar sentir como propio el dolor de los pobladores.
Una vez más nuestra patria ha sido golpeada por una catástrofe natural, no ha sido la primera, lo sabemos; no será la última, lo asumimos.
De la misma forma que en las diversas catástrofes sufridas anteriormente, en el terremoto y posterior maremoto del 27 de febrero del 2010 que afectó a una vasta extensión del territorio nacional, el pueblo ha demostrado fortaleza moral, solidaridad y espíritu de trabajo, a pesar de las graves y trágicas consecuencias que provocó este fenómeno sobre las familias de las ciudades y poblados rurales de varias regiones del país.
¿No es sospechoso, acaso, que se postule que los problemas de la mujer ‑en la casa, en la vida familiar, en el trabajo, como ser humano al que se le niega el respeto y la dignidad, que es convertido en objeto- deban ser resueltos por leyes dictadas por la misma clase que es la causante de esos males? ¿No es increíble que exitosas “altas ejecutivas”, destacadas “presidentas femeninas”, deban servir de consuelo a los explotados y explotadas, a un pueblo privado de su soberanía, de su poder?
Este “feminismo” oficial hace el trabajo de la burguesía. Al verdadero feminismo, del cual nos declaramos orgullosos luchadores, no le bastan las cuotas. Exige todo y enfrenta todas las causas de la degradación, opresión y alienación de la mujer, las mismas que humillan, dominan e impiden la realización y la dignidad del hombre.
Nosotros proponemos hacer una revolución. No una en la que el pueblo intervenga como segundón, sino una que lo instituya en dueño y señor de su futuro. Proponemos una revolución de los trabajadores, como aquella primigenia de 1871, la comuna de París, donde el pueblo experimentó por primera vez que podían buscar y decidir su destino. Los trabajadores y sus familias pusieron a andar las ruedas de las futuras revoluciones victoriosas. Tomaron, como reza la expresión creada entonces, “el cielo por asalto”. Pero no pedían el cielo. Simplemente, querían vivir libres, sin explotadores, sin explotados.
Un partido que represente esa fuerza, no puede tener otro nombre que Partido de los Trabajadores.