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Mineros

La salida revolucionaria

Esta nue­va épo­ca his­tó­ri­ca comien­za con gran­des con­vul­sio­nes polí­ti­cas y socia­les. Tanto en las nacio­nes depen­dien­tes como en los cen­tros impe­ria­lis­tas, la cla­se domi­nan­te ve como sus acos­tum­bra­dos regí­me­nes polí­ti­cos se demues­tran insu­fi­cien­tes para diri­gir o con­tro­lar las ele­men­ta­les fuer­zas sus­ci­ta­das por la deca­den­cia de su sis­te­ma. Sin excep­ción, los gober­nan­tes dicen des­cu­brir las bon­da­des de un Estado fuer­te, cuya inter­ven­ción pudie­ra tra­zar un camino para supe­rar los peli­gros de la cri­sis. Sin embar­go, estas decla­ma­cio­nes sólo indi­can cuán­to se han debi­li­ta­do sus pro­pios recur­sos políticos.

Goldman Sachs

La crisis del capital

El carác­ter de la cri­sis no es coyun­tu­ral, es his­tó­ri­co. Afecta del mis­mo modo a la eco­no­mía, como a la polí­ti­ca y a las socie­da­des en su con­jun­to. La cri­sis mar­ca, defi­ne, cla­ri­fi­ca, deja en evi­den­cia, una cri­sis del capi­ta­lis­mo. El aspec­to eco­nó­mi­co coyun­tu­ral de la situa­ción no revis­te de nin­gún mis­te­rio: al cos­to de infi­ni­da­des de exis­ten­cias, del sudor y de las vidas de millo­nes, el capi­tal reanu­da­rá su carre­ra por la ganan­cia, como la ha hecho des­de que se impu­so como el modo de pro­duc­ción domi­nan­te en el mun­do en el siglo xix.
Nuevamente, ¿esta cri­sis del capi­ta­lis­mo es eco­nó­mi­ca, o finan­cie­ra? No. Lo que impor­ta hoy es una reali­nea­ción a gran esca­la de las fuer­zas mun­dia­les. De lo que se tra­ta hoy es defen­der al sis­te­ma en su con­jun­to. El capi­ta­lis­mo no se derrum­ba solo, impul­sa­do por sus pro­pias ten­den­cias des­truc­ti­vas. Éstas crean las con­di­cio­nes para ser derri­ba­do por la posi­bi­li­dad obje­ti­va de la revolución.

Ataque en contra de Gaza

Gaza, la amarga verdad

Hoy, el pue­blo pales­tino vive el momen­to de mayor debi­li­ta­mien­to des­de 1947. Divididos inter­na­men­te, aban­do­na­dos por los gobier­nos de los paí­ses ára­bes, some­ti­dos a un régi­men de gue­rra per­ma­nen­te, y caren­tes de una pers­pec­ti­va para ter­mi­nar con la opre­sión de la que son obje­to, los pales­ti­nos des­cu­bren que no han sido más que los peo­nes en un jue­go de aje­drez, en que otros han usa­do su des­gra­cia para su beneficio.

Grecia

Un fantasma recorre Europa

En los salo­nes de París y Berlín, en Londres, Madrid y Estocolmo, el ejem­plo grie­go es el anun­cio de un nue­vo ciclo de com­ba­tes en medio un perío­do de cri­sis mun­dial. En los cen­tros de poder se iden­ti­fi­ca a Grecia como “el esla­bón más débil” de la cade­na de la Unión Europea. Los jefes impe­ria­lis­tas recu­rren a ese tér­mino de Lenin, pues tie­nen una noción más cla­ra del sig­ni­fi­ca­do de la situa­ción. El nue­vo ciclo de luchas popu­la­res es, en efec­to, como nun­ca antes en la his­to­ria, un pro­ce­so mun­dial. El pro­pio impe­ria­lis­mo ha gene­ra­do las con­di­cio­nes que lle­va­rán a su entie­rro. Pero esta pers­pec­ti­va revo­lu­cio­na­ria exi­ge un pen­sa­mien­to ofen­si­vo, con sen­ti­do estra­té­gi­co, que abra paso a lo nuevo.

Bolivia

El pueblo lucha por construir su conducción

El 11 de sep­tiem­bre pasa­do, una ban­da de sica­rios y con­tra­ban­dis­tas bajo las órde­nes de las auto­ri­da­des del depar­ta­men­to boli­viano de Pando, abrió fue­go en con­tra de una mar­cha de cam­pe­si­nos en un sec­tor cono­ci­do como El Porvenir. Los ase­si­nos siguie­ron dis­pa­ran­do inclu­so a quie­nes se lan­za­ron al río Tahuamanu para esca­par de la embos­ca­da. Algunos sobre­vi­vien­tes fue­ron apre­sa­dos y lle­va­dos a Cobija, don­de fue­ron tor­tu­ra­dos. El núme­ro exac­to de muer­tos aún no ha sido deter­mi­na­do, pero ofi­cial­men­te se han iden­ti­fi­ca­do 15 cuer­pos, entre ellos el de una niña de sólo dos años.
Su sacri­fi­cio es una admo­ni­ción seve­ra, para quie­nes pudie­ran olvi­dar­lo, sobre la ver­da­de­ra faz de un enemi­go que no tre­pi­da en nada. Pero tam­bién es una adver­ten­cia de cuá­les son los lími­tes de quie­nes se pre­sen­tan como ami­gos del pueblo.

El primero de nosotros

O’Higgins se des­ta­có entre los otros líde­res inde­pen­den­tis­tas en Chile e inclu­so en América, por su deter­mi­na­ción y por su sen­ti­do del deber. Su obje­ti­vo era la libe­ra­ción ame­ri­ca­na. Nada ni nadie lo pudo des­viar de su camino. No lo hizo cuan­do se subor­di­nó al man­do de Carrera o cuan­do su madre es toma­da como rehén por los rea­lis­tas; no lo hizo cuan­do reco­no­ció la pre­emi­nen­cia de San Martín, como con­duc­tor del Ejército de los Andes y de las bata­llas deci­si­vas de la inde­pen­den­cia. O’Higgins se jugó al todo o nada con la con­for­ma­ción de la Escuadra Nacional, arma estra­té­gi­ca de la expe­di­ción liber­ta­do­ra del Perú, bas­tión deci­si­vo de los colo­nia­lis­tas en Sudamérica. No cejó cuan­do resol­vió renun­ciar y asu­mir el exi­lio fren­te a quie­nes lo acu­sa­ban de dic­ta­dor. Mantuvo su línea cuan­do se puso a dis­po­si­ción de Bolívar para luchar jun­to él en Perú, o cuan­do abra­zó la inten­ción de embar­car­se a México para sumar­se a la cam­pa­ña de liberación.

Fidel en Chile

La solidaridad necesaria

El 26 de Julio de 1953, un gru­po de jóve­nes enca­be­za­dos por el abo­ga­do Fidel Castro Ruz y otros líde­res, como Abel Santamaría, lle­van a cabo un inten­to de derro­car la dic­ta­du­ra de Fulgencio Batista en Cuba. Conciben un audaz plan que con­sis­te en copar los cuar­te­les ‘Céspedes’ y ‘Moncada’, en el este de la isla, como señal para una insu­rrec­ción gene­ral. El ata­que fra­ca­sa, pero ini­cia el camino hacia la revo­lu­ción que colo­ca­ría a Cuba en un lugar de pres­ti­gio y res­pe­to en el con­cier­to mun­dial. Para los chi­le­nos, sin embar­go, Cuba ha exis­ti­do des­de mucho antes.

Trabajadores de Zanón

El pueblo debe comenzar de nuevo

La lucha de 2001 en Argentina ter­mi­nó por pul­ve­ri­zar el sis­te­ma de par­ti­dos polí­ti­cos y debi­li­tar todas sus estruc­tu­ras en el cam­po social. El pue­blo pue­de hoy for­mar su pro­pia opción, en la medi­da en que afir­me su inde­pen­den­cia de cla­se. Se ha per­di­do tiem­po valio­so pero, a la vez, se ha gana­do expe­rien­cia. Todos han usa­do su opor­tu­ni­dad para mos­trar su ver­da­de­ra faz ante la socie­dad: los radi­ca­les, los jus­ti­cia­lis­tas, la izquier­da, los par­ti­dos pro­vin­cia­les, los buró­cra­tas sin­di­ca­les, los pique­tru­chos y, aho­ra últi­mo, los repre­sen­tan­tes “del cam­po”. Los cono­ce­mos bien. No hay con­fu­sión posi­ble. La fal­sa opción, levan­ta­da en sema­nas pasa­das, entre el gobierno “nacio­nal y popu­lar” y la “oli­gar­quía”, se ha derrum­ba­do. Se debe des­con­fiar de los par­ti­dos polí­ti­cos del régi­men; sólo el pue­blo pue­de cons­truir su pro­pio camino.

Delincuencia y narcotráfico

Es nece­sa­rio pasar a la acción y ter­mi­nar con tan­ta des­ver­güen­za e impu­ni­dad de los alia­dos del sis­te­ma en nues­tras pobla­cio­nes. La úni­ca for­ma de aca­bar con estas lacras es orga­ni­zar­nos; pero no sólo den­tro del barrio, ni limi­tán­do­nos a orga­ni­za­cio­nes como la jun­ta de veci­nos, sino estre­chan­do fuer­zas con otras orga­ni­za­cio­nes de todo tipo, de tra­ba­ja­do­res, pobla­cio­na­les, estu­dian­ti­les, y otras. Se debe crear una fuer­za supe­rior, inven­ci­ble para cual­quie­ra que quie­ra ame­na­zar­nos. Este es el pri­mer paso para demos­trar el poder nece­sa­rio para devol­ver la paz y tran­qui­li­dad a nues­tros hogares.

¿Quién lleva la batuta?

Más nego­cia­cio­nes colec­ti­vas se resuel­ven a favor de los tra­ba­ja­do­res. Muchas veces, con nue­vos méto­dos: la huel­ga y las accio­nes de movi­li­za­ción son deci­di­das en asam­bleas. Se crean víncu­los de soli­da­ri­dad de otros sin­di­ca­tos y la pobla­ción. Las luchas son lide­ra­das por diri­gen­tes nue­vos, de acti­tud ofen­si­va. Cuando no se gana mucho, ya no es una derro­ta. Unidos, se peleó por algo jus­to y digno. La soli­da­ri­dad per­ma­ne­ce entre los com­pa­ñe­ros de tra­ba­jo. Son peque­ñas vic­to­rias, de gran rele­van­cia para cada tra­ba­ja­dor, para el desa­rro­llo de la con­cien­cia proletaria.