junio 25, 2008

Héroes

Cada socie­dad crea sus ído­los a su medi­da y nece­si­dad. Y en cada socie­dad divi­di­da en cla­ses, el patrón del heroís­mo lo impo­ne la cla­se domi­nan­te, bus­can­do el ejem­plo más extre­mo de su pro­pia cons­ti­tu­ción inter­na. ¡Pobres! No se han dado cuen­ta que están condenados.
No saben que a los héroes hay que bus­car­los en las ave­ni­das, calles y en los pasa­jes de nues­tros barrios. Son los que tra­ba­jan todos los días por hacer más gran­de al país: en una en una cons­truc­ción, en una sala de cla­ses, en una pos­ta, en una vere­da, en las casas. Aquellos que, de la nada, hacen que los suel­dos alcan­cen has­ta el final del mes, que aguan­tan apre­tu­ja­dos en las micros, que saben que son explo­ta­dos en sus tra­ba­jos, que dan soli­da­ria­men­te lo que no debie­ran, que saben que el futu­ro son los niños y los protegen.