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Unidad y fuerza trabajadores

Este Primero de Mayo no es como otros. Todos los años, recor­da­mos una tra­di­ción y un lega­do his­tó­ri­co. Pero hoy, apar­te de los des­fi­les, las mani­fes­ta­cio­nes y los dis­cur­sos, los tra­ba­ja­do­res en el mun­do ente­ro refle­xio­na­mos sobre el futu­ro. Tal como nues­tros padres y abue­los debie­ron, en algún momen­to de sus vidas, tomar una posi­ción, hoy los esta­mos enfren­ta­dos al mis­mo dilema.
Y nos pre­gun­ta­mos: ¿qué pasa­rá maña­na? ¿yo, qué debo hacer?

ABC del Partido de los Trabajadores

¿Quién es revo­lu­cio­na­rio? El revo­lu­cio­na­rio es la per­so­na común y corrien­te que se dio cuen­ta que ya no es posi­ble seguir vivien­do como lo hace. Lo

Llamado a la unidad, organización y lucha para vencer.

Diferentes artis­tas y diri­gen­tes de tra­ba­ja­do­res lla­man a la movi­li­za­ción y con­me­mo­ra­ción del día del tra­ba­ja­dor. Hoy, cuan­do es la hora de pasar a la ofen­si­va, cuan­do es la

Unidad y Fuerza trabajadores

Este pri­me­ro de mayo es espe­cial, coin­ci­de con la exa­cer­ba­ción mun­dial de la lucha de cla­ses. La lucha de cla­ses ocu­rre per­ma­nen­te­men­te, pero por lo

La hora de la lucha de clases

Para quie­nes siem­pre han deten­ta­do el poder, todo sigue igual. Quien diri­ge el país, es uno de ellos. El recuen­to de este año polí­ti­co es, enton­ces, sim­ple, si con­si­de­ra­mos nada más que a la cla­se domi­nan­te. Habrá quie­nes quie­ren dar relie­ve a finas dis­tin­cio­nes o quie­nes quie­ren bus­car la pro­ver­bial quin­ta extre­mi­dad de los feli­nos. Pero esos obser­va­do­res no deben olvi­dar que el balan­ce impor­tan­te es otro. Se olvi­dan de quien hoy está comen­zan­do a asu­mir su papel de pro­ta­go­nis­ta principal.
En otras pala­bras, lo intere­san­te de este últi­mo año, no son ellos. Somos nosotros. 

Los revolucionarios no mueren

Como muchos otros jóve­nes, los her­ma­nos Vergara Toledo; Eduardo, Rafael y Pablo, repre­sen­tan a una gene­ra­ción que vivió y cre­yó en la nece­si­dad y la posi­bi­li­dad de hacer la revo­lu­ción en Chile. No eran dife­ren­tes. No eran espe­cia­les, eran par­te del pue­blo que se había pues­to de pie. Pero eran par­te de un pue­blo cons­cien­te, sin temor, que se enfren­ta­ba dia­ria­men­te a la muerte. 

El cambio somos nosotros

No dirá que el mun­do está con­vul­so por­que, otra vez, la cla­se tra­ba­ja­do­ra se ha echa­do a andar. No seña­la­rá que son los explo­ta­dos, los mar­gi­na­dos, los mis­mos de siem­pre que se orga­ni­zan, des­equi­li­bran el orden esta­ble­ci­do y se pre­pa­ran para cam­biar­lo todo. No lo dirá.
Pues lo dire­mos noso­tros. Diremos que esta­mos acá, levan­tan­do la dig­ni­dad. Que la fuer­za de los tra­ba­ja­do­res se orga­ni­za y se for­ta­le­ce en el con­ti­nen­te ame­ri­cano, en todo el mun­do, que nun­ca más esta­re­mos solos. Les dire­mos que nun­ca más ten­dre­mos mie­do. No lo nece­si­ta­mos. No pode­mos temer cuan­do está en nues­tras manos el futu­ro de nues­tros hijos. 

Un año de gobierno... un año menos de capitalismo

Para quie­nes siem­pre han deten­ta­do el poder, todo sigue igual. Quien diri­ge el país, es uno de ellos. El recuen­to de este año polí­ti­co es, enton­ces, sim­ple, si con­si­de­ra­mos nada más que a la cla­se domi­nan­te. Habrá quie­nes quie­ren dar relie­ve a finas dis­tin­cio­nes o quie­nes quie­ren bus­car la pro­ver­bial quin­ta extre­mi­dad de los feli­nos. Pero esos obser­va­do­res no deben olvi­dar que el balan­ce impor­tan­te es otro. Se olvi­dan de quien hoy está comen­zan­do a asu­mir su papel de pro­ta­go­nis­ta principal.
En otras pala­bras, lo intere­san­te de este últi­mo año, no son ellos. Somos nosotros.