administracion

PRESENTE

Pero Fidel es sólo un hom­bre. Su gran­de­za no pue­de ser medi­da por la con­fian­za que muchos depo­si­ta­ron en él. Su ras­go autén­ti­ca­men­te excep­cio­nal es que su acción estu­vo siem­pre guia­da por una con­fian­za infi­ni­ta en el pue­blo y sus capacidades.

¡El paro va!

En medio de este paro, se for­man y des­ta­can los nue­vos diri­gen­tes, autén­ti­cos, hones­tos, que cum­plen con los man­da­tos de sus bases. En medio de este paro, se crean y con­so­li­dan las nue­vas y anti­guas orga­ni­za­cio­nes, ver­da­de­ra­men­te repre­sen­ta­ti­vas y úti­les. Y en medio de este paro, se for­ja la uni­dad de millones.

Votamos paro nacional: ¡Que se vayan todos!

Nuestra elec­ción es cla­ra. 4 de noviem­bre, paro nacio­nal. Y el méto­do ya está defi­ni­do: gol­pear­los a ellos, duro y pare­jo, has­ta que se vayan todos.

Unidad ¡adelante con el paro nacional!

¿Qué sig­ni­fi­ca este movi­mien­to? La defi­ni­ción últi­ma está en su acción y en sus méto­dos: ir de lo sim­ple a lo com­ple­jo, la movi­li­za­ción, la uni­dad, la inde­pen­den­cia de cla­se y, en este momen­to, la apli­ca­ción de la for­ma de la lucha más idó­nea: el paro nacional.

Colombia: ¡sólo los pueblos pueden vencer!

Para el pue­blo colom­biano que se ha levan­ta­do en la lucha por sus deman­das, no ha habi­do cese al fue­go, ni ofer­ta de paz, ni aper­tu­ra del diá­lo­go. A dia­rio, caen ase­si­na­dos mili­tan­tes sin­di­ca­les, cam­pe­si­nos e indí­ge­nas en manos de las fuer­zas de segu­ri­dad, para­mi­li­ta­res y escua­dro­nes de la muer­te de los empre­sa­rios y terra­te­nien­tes. A dia­rio, los tra­ba­ja­do­res son obje­to de ame­na­zas, secues­tros y tor­tu­ras. A dia­rio, sufren las con­se­cuen­cias de polí­ti­cas anti­po­pu­la­res de un gobierno repu­dia­do y ais­la­do que se vis­tió con los ropa­jes del reco­no­ci­mien­to inter­na­cio­nal has­ta que tuvo que enfren­tar el momen­to de la dura verdad.

¡A cambiarlo todo!

vemos un nacien­te movi­mien­to popu­lar que se crea en la acción. Sus expre­sio­nes son infi­ni­ta­men­te más vita­les que las de sus opo­nen­tes. Mientras éstos van hacia aba­jo, la fuer­za de los tra­ba­ja­do­res va enor­me­men­te en ascen­so. Su cau­sa es extra­or­di­na­ria­men­te noble y sus méto­dos son la acción direc­ta de las masas y obje­ti­vos que corres­pon­den a las deman­das reales y urgen­tes de las gran­des mayo­rías. Y mien­tras más cla­ra es la deli­mi­ta­ción con el régi­men polí­ti­co corrup­to, el régi­men del capi­tal, del robo, de las AFP, más se fortalece. 

Fin al robo: ¡abajo las AFP! ¡Abajo el sistema!

La cri­sis gene­ral del capi­tal exi­ge solu­cio­nes de fon­do. En Chile, la bata­lla en con­tra de la expo­lia­ción de los tra­ba­ja­do­res y en con­tra de la indig­ni­dad en que están sumi­dos nues­tros mayo­res debe ser empren­di­da con rea­lis­mo. Como ocu­rre con todas las deman­das fun­da­men­ta­les de nues­tro pue­blo ‑salud vivien­da, tra­ba­jo, educación‑, la solu­ción ya no pue­de pro­ve­nir de este sis­te­ma. Hay que derri­bar­lo, jun­to a los corrup­tos que lo administran.

Cada lucha, una victoria

El pode­ro­so levan­ta­mien­to de la X Región, las gran­des jor­na­das en las barri­ca­das en las rutas y carre­te­ras, y en las calles de sus ciu­da­des, son ya una demos­tra­ción de fuer­za de nues­tra cla­se, son un sal­to de 30 o 40 años, rea­li­za­do en pocos días. Es una vic­to­ria que el sur de Chile ofren­da a nues­tro pue­blo, en for­ma de expe­rien­cia, de ejem­plo y alien­to en el comien­zo del camino.

¿Por qué "Revolución"?

Lee el perió­di­co Revolución aquí Si un perió­di­co se pro­po­ne ser útil de ver­dad, ha de refle­jar el sem­blan­te de los tiem­pos en que nace.