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Con el poder del pueblo ¡vamos por todo!

El régi­men le teme al poder del pue­blo. Por eso ofre­ce con­ce­sio­nes y pro­me­sas. Pero esta con­tra­po­si­ción de pode­res no se pue­de man­te­ner en el tiem­po. Con cada vic­to­ria, los tra­ba­ja­do­res se pre­pa­ran para una defi­ni­ción: ¡vamos por todo!

La derrota del régimen

El ple­bis­ci­to crea una situa­ción nue­va. El régi­men espe­ra­ba con­sen­so, pero obtu­vo lucha de cla­ses. Ahora, se enfren­ta el poder legí­ti­mo del pue­blo con­tra un orden que se afe­rra a la cons­ti­tu­ción pino­che­tis­ta, repu­dia­da por la lucha popu­lar y el 80% con­quis­ta­do en las urnas.

A terminar lo que empezamos

El levan­ta­mien­to popu­lar en Santiago se exten­dió a todo el país en un día. Desde enton­ces, el pue­blo no ha deja­do de luchar un solo minu­to. Ha lle­na­do ave­ni­das y pla­zas; ha ren­di­do sus sacri­fi­cios, sus muer­tos, sus heri­dos, sus pre­sos; ha enfren­ta­do las arre­me­ti­das de los cri­mi­na­les; ha resis­ti­do a la pan­de­mia y al derrum­be eco­nó­mi­co; se ha orga­ni­za­do y se ha ins­trui­do en la acción; ha medi­do su poder y ha reco­no­ci­do a sus enemi­gos. Chile es hoy la espe­ran­za de los pue­blos de América y del mun­do; en nin­gu­na par­te se ha hecho cla­ri­dad como en esta tierra. 

La noche de las ratas

Esta pla­ga no podrá exten­der­se. El pue­blo se ha dota­do, en años de lucha, de fuer­zas insu­pe­ra­bles. Las ha mani­fes­ta­do en el levan­ta­mien­to de octu­bre. Una de esas fuer­zas es su asom­bro­sa deci­sión de adop­tar como su ban­de­ra la rei­vin­di­ca­ción de nues­tros ances­tros, nues­tra comu­nión con lo mapuche.

Todo o nada

Las ilu­sio­nes no ayu­dan. Aquí no hay pre­mios. Ellos, nues­tros enemi­gos, no duda­rán en que­brar el país antes de aban­do­nar la esce­na. Pero noso­tros, los tra­ba­ja­do­res y tra­ba­ja­do­ras, no tene­mos otra opción: o es todo o nada.

Gobierno de los trabajadores: la salida a la crisis

La pan­de­mia del coro­na­vi­rus des­nu­da la cri­sis del sis­te­ma. La úni­ca sali­da es barrer con todos ellos. La úni­ca sali­da es que los tra­ba­ja­do­res for­men su gobierno y ejer­zan todo el poder para resol­ver las deman­das más urgentes.

De ésta, salimos peleando

En la lucha por la vida, no se pue­de estar del lado de los ase­si­nos; en la lucha por la huma­ni­dad, no se pue­de seguir a los bui­tres; en la lucha por la salud, no hay que mez­clar­se con la podre­dum­bre; en la lucha por el futu­ro, hay que supe­rar un pasa­do caduco.

Es hora de actuar

El levan­ta­mien­to de octu­bre demos­tró nues­tra fuer­za, nues­tra deci­sión y nues­tro poder. Fue la pri­me­ra eta­pa de la revo­lu­ción. Ahora hay que ter­mi­nar lo que empezamos. 

Todos somos combatientes

Este 29 de mar­zo, todos somos com­ba­tien­tes, y nues­tra tarea es hacer la revo­lu­ción, cons­truir ese hori­zon­te de dig­ni­dad por el que tan­tos die­ron ya la vida.